29 sept 2010

El edificio Cavanagh


(De Ricardo M. Llanes)

Equilibrado dentro de sus líneas severas; desprovisto de ornamentos exteriores y a pocos pasos del Plaza Hotel, señala media centuria (1) en la estilística arquitectural de Buenos Aires. El gobelino de piedra no sugestiona aquí por su hermosura clásica, pero impone por la fuerza moderna de su gigantismo. Reveladores de tal concepto son estos datos que corresponden al proceso de su construcción:
Su altura es de 120 metros 35 centímetros, desde el nivel de la vereda hasta el vértice del mástil. En 1954 era el edificio más alto de Sudamérica, y el más alto del mundo en su estructura de hormigón armado. La superficie del terreno mide 2.400 metros cuadrados; la superficie edificada, 25.000 metros cuadrados; y el volumen del edificio, 90.000 metros cuadrados.
Su peso, considerándolo completamente habitado y con su carga máxima, llega a 31.000 toneladas. Tiene 5 escaleras verticales con 1.700 escalones; y 12 ascensores rápidos, los que recorren 690 metros lineales, con 200 paradas. Sus pisos suman más de 30; y tiene 105 departamentos para un número superior a 1.000 personas. Estos departamentos constan de 2 y 10 habitaciones. En la estructura de hormigón se utilizaron alrededor de 1.600 kilómetros de barras de hierro, es decir, la distancia entre Buenos Aires y Asunción del Paraguay.
El total de cañerías empleadas para la distribución de agua, vapor, desagües y conductores eléctricos, alcanza a 90 kilómetros, la distancia entre Buenos Aires y Zárate. La instalación eléctrica podría abastecer una ciudad de 80.000 habitantes. El equipo refrigerante del acondicionador de aire podría producir hielo para una ciudad de 75.000 habitantes. Para los trabajos de este edificio se abonaron alrededor de 2 millones 300 mil pesos en concepto de jornales; y para conducir desde los puntos de fabricación o extracción, el total de 23.000 toneladas de materiales empleados, se ocuparon cinco mil viajes de camión o chata. Puestas una detrás de otra, ocuparían una extensión de 30 kilómetros. Los impuestos que se abonaron entonces (1933-1936) para erigir este edificio, alcanzaron la suma de 180.000 pesos, la más alta contribución pagada en el país por un solo edificio. El costo total de esta obra, incluyendo el terreno, importó m$n 3.416.823.50. El edificio se habilitó el 3 de enero de 1936, y fueron sus arquitectos los señores Sánchez, Lagos y de La Torre, quienes trabajaron con el concurso de la Empresa Argentina de Cemento Armado (E.A.C.A.), de los ingenieros Luis Garbarini, Ernesto Mauer y Roberto Gorostiaga, y la Empresa  Constructora de Rodolfo Cerini, siendo en ese entonces la estructura en cemento armado más alta del mundo.
Esta magna obra, que hizo posible para nuestro país el récord en altura, en vertical arquitectónica, fue realizada por el entusiasta empeño de una animosa mujer, la distinguida señora Corina Kavanagh, que quiso brindarle a la calle Florida el más colosal adorno de la moderna arquitectura, frente a la Plaza San Martín.
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(1) Este trabajo se publicó en 1969.
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Imagen: Fotografía del edificio Cavanagh en 1940.
Tomado del libro: "Dos notas porteñas (la plaza y la manzana)", al igual que la fotografia.