24 feb 2012

Esquina "de los novios"


(De Ricardo Llanes)

De muy antiguo se la conocía por la esquina “de la Piedad” debido a la iglesia erigida en parroquia el 4 de diciembre de 1769; pero ya en la última década del siglo XIX adoptaría la denominación que le pondría la propaganda en el reclamo de lo popular  y fue la esquina “de los novios”. El nombre respondía a La Casa Ideal de los Novios, establecida en 1881 sobre la ochava nordeste de Paraná y Bartolomé Mitre, entonces llamada calle Piedad. Esta casa, desaparecida después de 75 años de ventas al detalle, pues cerró sus puertas en 1956, le trajo a la esquina el color de una característica singular por el movimiento de las operaciones y la concurrencia de sus compradores que se renovaban durante las horas del día, sin perjuicio sin que muchas de ellas dieran trabajo a la vara de medir aún más allá de la hora de la cena. Y en realidad de verdad, fue esta tienda del 1900 que más tuvo que ver con las novias y muchachas casaderas de todos los barrios suburbanos, quienes al ir de compras solían decir: “vamos a los novios” o a la esquina “de los novios”, recurriendo a la referencia entonces de uso común. Así se la mencionaba en el comentario del doloroso suceso del 10 de febrero de 1906, en que próxima a esta esquina perdería la vida la señora Teófila Luna de Mohr atopellada por un automóvil de la Empresa Nacional. Esta señora, que era esposa del escritor don Luis A. Mohr, resultó la primera mujer víctima del automóvil en Buenos Aires. (1)
Cuando a La Casa Ideal de los Novios se la dejó inaugurada, por supuesto que aún no contaba con la vecindad del conjunto de viviendas que conforman el pasaje llamado De la Piedad, cuya construcción dispusiera en 1888 doña Adela Saraza de Atucha, después señora de Favier; tampoco en el teatro “La Zarzuela” (actual “Argentino"), mandado a edificar por don Francisco Pastor, que habría de estrenarlo el 25 de mayo de 1892 con la representación de La Favorita a cargo del famoso tenor Oxilia y de la Nunzio, muy celebrada soprano. En cambio tenía a su frente, sobre el ángulo sudeste, a La Central, una empresa de servicios fúnebres que ocupaba un edificio del tiempo de
la colonia, con techumbre de tejas y galpón a dos aguas. Y ello dice que esta esquina, por los días de 1900, no obstante el paso de sus tranvías de a caballo no era de muy acentuada animación. El movimiento posterior y la no ya escasa actividad de su tránsito se lo debió a esta tienda, que si bien no tenía el lujo y las vidrieras de las de la calle Florida, ofrecía en cambio, a precios sin competencia, el tarlatán y los percales, las telas de tisú y tafetán, los tripes y los brabantes. Famosa por su venta de ropa blanca, y en especial por sus ajuares, promovió en esta esquina el encuentro de negociantes minoristas con locales en la provincia de Buenos Aires, como así el de algunos empresarios teatrales, como don Jerónimo Podestá en sus días del teatro “Rivadavia” (hoy “Liceo”), que acudían en procura de distintos géneros necesarios para el montaje de los cuadros escénicos como para buena parte del vestuario, que por aquellos días las mismas actrices, aguja y dedal y manos hábiles, entre las pausas de los ensayos sabían preparar en sus camarines. Pero en lo tocante a gente de la farándula, la esquina “de los novios” fue el punto de cita de las huestes de Parravicini; y estuvo a punto de convertirse en pedana con motivo del duelo a cuchillo, en serio, que con la dirección del popular Florencio hubieron de sostener los actores Eliseo Gutiérrez y Enrique Muiño, según este último lo manifestara al periodista Horacio Estol. Pero ya, veinte años antes de la esgrima criolla que frustara la inteligente reacción de Muiño, madrugarían los feligreses para reunirse en ella a escuchar los primeros tañidos de las dos campanas del templo, cuya fundición se efectuara en el taller del señor Guglielmi, de calle Cangallo 1071, terreno que hoy corresponde al paso de la avenida 9 de Julio. Por lo demás, y conforme con una versión tradicional, la esquina “de los novios” figuraba relacionada a la revolución de 1890 por el solo hecho de haberse llevado de esa tienda algunas frazadas para los tres cantones de Talcahuano y Piedad, como así las hilas y tiras con que se vendaron las heridas del oficial José Siches, uno de los defensores drel cantón general Campos atrincherado sobre la esquina noroeste de Rivadavia y Rodríguez Peña, en cuya planta baja se encontraba la entonces llamada Antigua Confitería Del Molino.

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(1) Cabe aclarar que en realidad la primera víctima fue el niño Manuel Fuentes, de 6 años de edad, arrollado y muerto por un automóvil el 10 de abril de 1903, en la esquina de Florida y Paraguay. Pero aquí hablamos de la primera mujer.

Imagen: Propaganda de la tienda La Casa Ideal de los Novios (Año 1915).
Texto tomado del libro Recuerdos de la ciudad porteña de R. Ll. (Ediciones Corregidor, Bs. As. 2000).